El aborto espontáneo es la pérdida involuntaria del embrión antes de la semana 20 de embarazo. Pérdidas gestacionales en etapas más avanzadas del embarazo son consideradas partos prematuros aunque también impliquen la muerte del feto. Supone una gran desilusión para los futuros padres y en la gestante puede dar lugar a consecuencias obstétricas de mayor o menor gravedad.
También es posible que el embarazo por subrogación sea interrumpido por deseo expreso de la gestante y/o de los futuros padres. Este es un tema muy polémico en gestación subrogada puesto que son dos las partes implicadas en el embarazo. Debido a ello, es de vital importancia que se especifiquen detenidamente en el contrato de gestación por sustitución los derechos y obligaciones relacionadas con el aborto.
A continuación tienes un índice con los 2 puntos que vamos a tratar en este artículo.
Pérdida espontánea del embarazo
En un proceso de gestación subrogada el embarazo se consigue cuando el embrión obtenido por fecundación in vitro consigue implantar en el útero de la gestante y evolucionar favorablemente. Entre 10 y 15 días después de la transferencia del embrión a la cavidad uterina, se realizará a la gestante el test de embarazo que confirmará si hay o no gestación.
Un resultado positivo en el test de embarazo es una gran alegría tanto para la gestante como para los futuros padres, pues indica que el proceso sigue adelante. Sin embargo, que se haya producido el embarazo no implica necesariamente que vaya a haber nacimiento.
Los primeros meses de embarazo son los más delicados, pues es el periodo de mayor probabilidad de aborto. Aunque son varias las posibles causas que pueden causar el aborto, llevar una estilo de vida saludable y adaptar las rutinas al estado de gestación es crucial para la correcta evolución del embarazo.
Es importe que la gestante tenga información detallada sobre los hábitos saludables que se deben seguir en el embarazo y las acciones que debe evitar para disminuir la probabilidad de aborto. También es crucial que conozca los signos o síntomas característicos de la amenaza de aborto para acudir al médico de inmediato y evitar así que se produzca la pérdida fetal.
Por otra parte, se realizan diferentes pruebas y evauluaciones médicas en la gestante para analizar el riesgo de aborto relacionado con:
- Malformaciones uterinas
- Problemas de salud como diabetes, enfermedades cardíacas, renales o hepáticas, etc.
- Desequilibrio hormonal.
- Factores inmunológicos.
Interrupción voluntaria del embarazo
Aunque la gestante es sometida a una serie de pruebas psicológicas que confirmen que está preparada y decidida a gestar el bebé de otra persona o pareja, puede arrepentirse y querer finalizar con el tratamiento.
También es posible que los futuros padres, quienes decidieron iniciar la gestación subrogada para tener un hijo, cambien de opinión y decidan cancelar el proceso.
En función del momento en que se produzca el arrepentimiento, se actuará de una u otra forma:
- Cancelación antes de la transferencia: si los futuros padres deciden detener el proceso, antes de que los embriones sena transferidos a la gestante, ésta no podrá intervenir en la decisión. Las consecuencias de esta decisión no serán graves pues no implican ningún riesgo sanitario ni ético en terceras personas. Es posible que los futuros padres tengas dilemas éticos relacionados con al creación de los embriones que en ese momento dejan de tener un destino concreto.
- Cancelación tras la confirmación del embarazo: si el embarazo ya está en curso y la gestante y/o los futuros padres deciden echarse atrás, se debe provocar el aborto.
Provocar el aborto puede general problemas de salud en la gestante y también éticos en los futuros padres. Por esta razón, es muy importante que en el contrato de gestación subrogada quede constancia del modo de actuar en caso de querer interrumpir el embarazo para evitar conflictos entre las partes.
Se debe insistir en aspectos como el derecho de la gestante a abortar por decisión propia o el derecho de los futuros padres a obligar a la gestante a abortar, pues el bebé que va a nacer es hijo de ellos y no de la gestante.
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El tema del aborto es muy complicado en general y si lo mezclamos con gestación subrogada …uuuuffff! Hay tantas posibles situaciones.
De cualquier modo, dejo una pregunta abierta para que vayan dando sus opiniones al respecto. ¿Qué pasaría en caso de que el bebé tuviera síndrome de Down y en el contrato los futuros padres hubieran indicado que por esa razón no se haría el aborto de la gestante, pero luego a la hora de la verdad no quisieran seguir adelante con el embarazo? ¿Podría un médico o un juez obligar a la gestante a abortar, con las posibles consecuencias que se derivarían en su cuerpo y en sus emociones?