Buscando la felicidad de ser padres

Por Equipo de Babygest
Actualizado el 01/03/2016

Hoy son Javier y Verónica, matrimonio de 33 años, los que nos cuentan su historia en relación a la búsqueda de la paternidad. Una historia triste pero que esperamos que acabe con un feliz final, que sus protagonistas no se merecen menos.

Os dejamos con su testimonio:

Problemas tras el parto

Nuestra historia en cuanto al deseo de ser padres, comienza con un principio muy feliz y un final muy triste, aunque estamos luchando para darle la vuelta a ese final.

A los 10 años de novios, en 2013, decidimos emanciparnos y formar una familia. La cosa marchaba bien, fueron unos meses de embarazo increíbles, ver como Ariadna iba creciendo cada vez más, las ecografías, y sentir incluso mucho antes de nacer que ya éramos tres en lugar de dos.

Todo iba a pedir de boca hasta que se acercaba la fecha del parto. En la semana 36, Vero comienza a tener la tensión arterial alta, cosa un tanto alarmante en las embarazadas, y después de varias visitas al hospital de urgencias, los doctores deciden provocar el parto porque presentaba un principio de preeclampsia.

El parto fue bastante largo, y finalmente Ariadna nació, aunque tuvo que ingresar en neonatos porque hubo sufrimiento fetal, aunque ese no fue el peor de los males. Vero no paraba de sangrar; cuando le consiguieron retirar la placenta, su útero no se contraía y la hemorragia no cesaba.

Por esa razón, la mantuvieron con transfusión de sangre constante para suplir la sangre que no paraba de perder y con oxitocina para continuar con contracciones e intentar contraer el útero y así no tener que recurrir al último de los recursos, que sería hacerle una histerectomía, con el agravante de que se trata de una persona que todavía estaba en edad reproductiva.

Finalmente no hubo más remedio que quitar el útero, en ese momento el hecho de no poder tener más hijos no importaba, lo importante era poder regresar a casa. La operación salió bien y después de unos cuantos días "viviendo" en el hospital, por fin regresamos a casa los tres sanos y salvos. Por fin había llegado el tan esperado momento de disfrutar de nuestra pequeña.

La alegría duró poco porque a las pocas semanas Ariadna fallece y nos quedamos hundidos, no; lo siguiente. No parábamos de pensar, ¿qué vamos a hacer ahora, solos, para siempre?

Ser padres biológicos de nuevo

A los pocos días de pasar por esto, empezamos a hacer cábalas, y a pensar que como sus ovarios seguían en su sitio, en principio continuaban produciendo óvulos. Por un momento creíamos haber perdido la cabeza sugestionados por nuestra situación pero no podíamos evitar pensar que no estaba todo perdido. Podríamos ser padres biológicos de nuevo.

Nos pusimos a trabajar esa idea, empezamos a informarnos por internet y encontramos algo que parecía llamarse "gestación subrogada", pero lamentablemente en nuestro país no estaba permitido, aunque eran tan fuertes las ganas de volver a ser padres, que el hecho de salir de España no era un impedimento para nosotros.

Ya habíamos visto algunos precios de estos programas y eso si que iba a ser un problema, el coste económico que nos iba a suponer. Tenemos dos sueldos bastante humildes y una hipoteca. Pero bueno, hicimos un poco la vista gorda sobre este tema; ya veríamos como hacer frente a estos gastos.

Continuamos informándonos, conociendo a gente de asociaciones por la gestación subrogada en España y a matrimonios que han pasado por este proceso con éxito. Después de mucho pensarlo, decidimos hacerlo en Ucrania, por ser lo más cercano, por el coste no excesivamente elevado y por la seguridad que nos transmitían las parejas que habían venido de allí.

Nunca dejes de soñar

La verdad que el hecho de haber empezado a conocer a tanta gente que acude a la gestación subrogada nos hizo ver un rayito de luz en medio de la oscuridad, una luz que era cada día más real.

Solo quedaba el problema económico, pero contamos con la grandísima ayuda y apoyo de familiares cercanos y lejanos, compañer@s de trabajo y amigos de los amigos de nuestros amigos. Todos ellos sabían lo que nos proponíamos a hacer, y desde el primer momento se volcaron de pleno con nosotros. Estaremos eternamente agradecidos y en deuda con tod@s ell@s.

Tenemos hasta un lema, que crearon sus compañeras de trabajo y que tod@s conocen: NUNCA DEJES DE SOÑAR.

Finalmente tuvimos que recurrir a óvulos donados, ya que resultó que los ovarios de Vero no respondían a la estimulación como se esperaba, posiblemente influidos por el hecho de no haber útero y también el añadido de un problema de carencia hormonal que le quedó debido al sangrado del parto y su critico estado en ese momento.

A día de hoy nuestro programa está en marcha, y ahora en marzo haremos el segundo intento de embarazo, con mucha ilusión y deseando volver a vernos como en su día nos vimos.

Javi y Vero.

La gestación subrogada es el tratamiento de reproducción asistida que más engaños y dudas genera. Por ello, es fundamental escoger una clínica y una agencia que te transmita transparencia y evitar engaños.

Hacemos un gran esfuerzo para ofrecerte información de máxima calidad.

🙏 Por favor, comparte este artículo si te ha gustado. 💜💜 ¡Nos ayudas a seguir!