Cuando una persona o pareja se somete a un tratamiento de reproducción asistida, éste puede llevarse a cabo bien utilizando sus óvulos y semen o bien mediante la donación de gametos o la gestación subrogada. Es lo que se conoce como reproducción asistida con intervención de terceros.
Este tipo de procedimiento a la hora de someterse a un tratamiento reproductivo implica a varias partes y, en el caso de la gestación subrogada, tiene lugar una asociación entre las partes implicadas, donde padres de intención y gestante colaboran por un mismo fin: traer al mundo a un bebé sano.
En este acuerdo es fundamental que todas las partes actúen de forma correcta, respetando a los otros participantes y siguiendo lo establecido en el acuerdo.
A continuación tienes un índice con los 3 puntos que vamos a tratar en este artículo.
Participantes en la gestación subrogada
En el caso de un embarazo natural, las únicas partes implicadas son los futuros padres, por lo que el proceso hasta que se consigue el embarazo tiene lugar en un entorno íntimo y confidencial, si así lo desean. Cuando esto no es posible y se debe recurrir a la subrogación, varios actores entran en juego:
- Padres de intención
- Médicos y otros profesionales del centro reproductivo
- Gestante
- Donantes de gametos (en caso de ser necesarios)
- Abogados y representantes legales
Todo esto convierte el camino hacia la paternidad en un proceso mucho más vulnerable. Por ello, pueden darse varias situaciones en las que los padres de intención podrían tener un comportamiento indebido, incurrir en una ilegalidad o sufrir un contratiempo que podría llegar a afectar al resto a nivel psicológico y económico, o incluso minar su reputación.
Aptitudes para ser padres de intención
El personal del centro reproductivo es el responsable de calificar a los padres de intención que acuden a su clínica como aptos o no aptos para iniciar un proceso de gestación subrogada. Se trata de minimizar la posibilidad de que surjan complicaciones durante el proceso.
Por ello, la ASRM (American Society for Reproductive Medicine) ha establecido cuáles son el criterios que deben seguir los profesionales de la clínica de reproducción asistida a la hora de aceptar o, de lo contrario, descalificar a los futuros padres.
Para determinar si una pareja es apta para iniciar un proceso de gestación subrogada, primero deberán someterse a una evaluación psicológica, en la que se tratarán los siguientes aspectos:
- Historial de problemas de fertilidad y tratamientos reproductivos llevados a cabo previamente.
- Información acerca de los posibles riesgos y complicaciones asociados a la gestación subrogada.
- Establecimiento del protocolo a seguir: obligaciones durante el proceso, qué hacer en caso de cancelación o fracaso del ciclo, número de embriones a transferir, riesgo de embarazo múltiple...
- Firma del contrato entre los padres de intención y la gestante
- Otras cuestiones: relación con la gestante, aspectos emocionales, respeto por los derechos de la gestante, posibilidad de abortar en caso de malformaciones, destino de los embriones sobrantes, etc.
Una vez llevada a cabo esta exhaustiva evaluación psicológica, el especialista determinará si los pacientes están capacitados para embarcarse en el proceso de gestación subrogada o no. En caso negativo, los criterios por los que pueden quedar descalificados son los siguientes:
- Incapacidad para establecer una relación con la gestante basada en el respeto.
- Conducta anormal o presencia de desórdenes psicológicos.
- Drogodependencia, abusos a menores, violencia de género, agresión sexual, depresión o desórdenes alimenticios.
- Trastornos psicológicos: depresión severa, trastorno bipolar, psicosis, altos niveles de ansiedad o trastornos de personalidad.
- Relación de pareja o matrimonial inestable.
- Incapacidad de respetar la decisión de la gestante en cuanto al número de embriones a transferir.
Problemas causados por los padres de intención
Lo ideal sería que el contrato de gestación subrogada se firmase antes de la concepción del bebé para que todas las partes implicadas tuvieran claro cuáles son sus derechos y obligaciones e iniciar así el proceso de manera libre, voluntaria y actuando siempre de buena fe.
En caso de que dicho contrato no existiera o presentara deficiencias, el personal médico implicado debería velar por que el procedimiento se desarrolle de manera ética, lo que conlleva tener la capacidad de identificar situaciones que podrían desembocar en un incidente.
Aún en el caso de haber superado todas las pruebas psicológicas, se estaría incurriendo en una conducta indebida o un acto que podría complicar el proceso de gestación subrogada si los padres de intención:
- Declaran su incapacidad para cumplir el contrato por problemas económicos.
- Deciden no cumplir con todas o algunas de las condiciones establecidas en el contrato.
- Incumplen alguno de los requisitos establecidos por la gestante como condición necesaria para su participación en el proceso.
- Inician un trámite de separación o divorcio antes del nacimiento y no se lo comunican a la gestante.
El hecho de que se diera alguna de estas situaciones podría llevar al personal de la clínica a hallarse entre la espada y la pared, puesto que tanto la gestante como los padres de intención son sus pacientes en un proceso de gestación subrogada.
Es precisamente por esta razón por lo que la ASRM recomienda que la gestante y los padres de intención no sean tratados por el mismo especialista. Es una manera de evitar ponerle en una situación difícil en la que tendría que elegir si velar por los intereses de los padres o por el bienestar de la gestante.
En cualquier caso, si el comportamiento indebido de los padres se debiera a que éstos han iniciado un proceso de divorcio o su relación muestra signos claros de inestabilidad, el personal médico sí que debe tomar cartas en el asunto, ya que éste es uno de los criterios absolutos de la ASRM a la hora de calificar de aptos o no aptos a unos padres de intención.
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¿Y qué pasa si es algo inevitable? Pueden surgir mil imprevistos que nadie puede prever… Creo que se debería añadir una cláusula o algo al contrato en la que se establezca un listado con posibles problemas que podrían aparecer y llegar a un acuerdo previo para su solución. Yo me estoy planteando la GS y ahora mismo mi pareja y yo tenemos una relación super estable, pero… ¿y si un día me engaña con otra? Obviamente el proceso de GS se vería afectado… Somos personas.
Hola Violeta,
Como bien dices en el contrato se debe indicar el modo de actuación ante diversos problemas que puedan surgir durante el proceso. Nunca se sabe lo que puede pasar, aunque todo pinte muy bonito en un primer momento puede haber complicaciones y tendría que intervenir un juez para decidir qué hacer. Si por lo menos está escrito en el contrato lo que se había acordado entonces éste puede tomar la decisión en base al acuerdo firmado, pero si no hay nada indicado la decisión queda enteramente a su criterio.
Te recomiendo este artículo: posibles problemas en gestación subrogada.
Un saludo