La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica crónica que afecta a un porcentaje elevado de la población. Se distinguen tres tipos, la diabetes tipo 1, de origen autoinmune y dependiente de insulina, la diabetes tipo 2, no dependiente de insulina y relacionada con la obesidad, y la diabetes gestacional, inducida por el embarazo.
El 80-90% de los casos de diabetes son de tipo 2, y el 80% de las diabetes de este tipo se producen en personas obesas.
En los tres casos, el problema de esta enfermedad es la presencia de niveles elevados de glucosa en sangre, lo cual constituye un importante factores de riesgo cardiovascular que puede provocar complicaciones graves si no se trata adecuadamente.
A continuación tienes un índice con los 2 puntos que vamos a tratar en este artículo.
Regulación del nivel de glucosa
En un metabolismo normal, los niveles de glucosa se regulan por la insulina, que es la hormona que produce el páncreas para permitir la captación de glucosa por los tejidos para obtener energía a partir de ella. Gracias a la insulina la glucosa no se acumula en la sangre puesto que entra a las células.
En la diabetes la glucosa no se regula de forma normal debido a que:
- En la diabetes tipo 1: las células beta del páncreas, productora de insulina, son destruidas por un fallo del sistema inmune, que ataca a estas células al reconocerlas como extrañas.
- En la diabetes tipo 2: las células beta del páncreas son capaces de producir insulina, pero pueden haber perdido su capacidad de reponerla rápidamente. También es posible que se produzca una resistencia a la insulina por un fallo en el sistema de transporte que introduce la glucosa a las células o a una alteración en los receptores de insulina de las células.
- En la diabetes gestacional: las hormonas del embarazo provocan la reducción de la capacidad del cuerpo de utilizar y responder a la acción de la insulina al provocar resistencia a la insulina, igual que en la diabetes tipo 2.
El embarazo con diabetes mellitus se considera un embarazo de riesgo, ya que puede suponer un peligro tanto para la madre como para el bebé, especialmente en los casos más severos.
Efecto negativo en el embarazo
Es muy importante que la diabetes sea controlada, especialmente durante el embarazo, para intentar evitar posibles complicaciones tanto en la madre como en el feto.
En la embarazada puede provocar infecciones urinarias y vaginales, polihidramnios, preeclampsia, abortos espontáneos o mortinatos (nacimiento sin vida), necesidad de una cesárea y el nacimiento prematuro del bebé.
Por otro lado, en el bebé puede provocar malformaciones fetales, crecimiento intrauterino retardado, peso elevado al nacer, hipoglucemia, hipocalcemia, inmadurez de órganos y problemas hematológicos.
Es importante consultar con el médico antes de concebir para que éste valore el caso, se decida si es posible llevar adelante un embarazo teniendo controles frecuentes y estrictos, y se cambie la medicación si es necesario.
En los casos más graves el médico puede desaconsejar el embarazo, lo cual suele ocurrir en los siguientes supuestos:
- Nefropatía grave y/o hipertensión arterial de difícil control
- Cardiopatía isquémica
- Retinopatía proliferativa grave con mal pronóstico visual
- Neuropatía autonómica grave
- Prueba de hemoglobina glicosilada (HbA1c) elevada
Estos son trastornos de salud graves que pueden aparecer con una mayor incidencia en mujeres con diabetes. Requieren de un tratamiento específico y los fármacos empleados pueden afectar al feto, por lo que será preciso controlar estas patologías antes de conseguir un embarazo.
En estos casos graves existe una incapacidad médica para gestar, por lo que estas mujeres pueden optar por ser madres por gestación subrogada.
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Todas las mujeres con diabetes tiene que pedir consejo preconcepcional?? o es seguro quedarse embarazada si no hay un caso severo?