Durante el tratamiento de gestación subrogada pueden tener lugar diversas situaciones problemáticas como el divorcio o el fallecimiento de uno de los padres de intención o de ambos. ¿Qué ocurre en estos casos?
Puede parecer extraño que se contemplen estos casos cuando se va a iniciar un proceso de subrogación, pero hay que tener en cuenta que no es imposible que ocurra.
A continuación tienes un índice con los 2 puntos que vamos a tratar en este artículo.
Contrato de gestación subrogada
Antes de iniciar la gestación subrogada es muy importante firmar un contrato entre la gestante y los padres de intención en el que se deje todo claro y por escrito para evitar así dejar cualquier cabo suelto que pueda suponer un problema futuro.
En este contrato se deben establecer los derechos, obligaciones, compromisos y previsiones tanto de los padres intencionales como de la gestante, además de todos los aspectos económicos referentes al proceso de gestación subrogada.
Es importante establecer también qué hacer en casos extremos como el divorcio de los padres de intención para que el niño no quede en una situación de desamparo.
¿Y si los padres intencionales renuncian al bebé?
Si los padres de intención se divorcian, puede ocurrir que uno de los futuros padres o ambos decidan que ya no quieren continuar con el proceso de subrogación.
En caso de que no se haya realizado aún la transferencia de embriones a la gestante no habría ninguna repercusión grave y sería posible rescindir el contrato, pero en caso de que ya exista un embarazo empiezan los problemas y tendría que intervenir un juez.
Hay países en los que antes de empezar el proceso de subrogación se otorga una sentencia de filiación para establecer que los padres de intención serán los padres legales de cualquier niño nacido en el tratamiento. En caso de que exista esta sentencia, los padres de intención no pueden renunciar a la paternidad porque ya se ha establecido la filiación.
Sin embargo, hay países en los que la sentencia de filiación se concede una vez ha nacido el niño. Si no existe aún una sentencia de filiación en el momento del divorcio el juez establecerá a quién le corresponde la paternidad legal, si a los padres de intención o a la gestante.
Si existe un contrato de subrogación, queda plasmada la intención de procreación de la pareja, al igual que la intención de la gestante de no quedarse con el niño. En este caso es probable que el juez determine que los padres intencionales son los que deben hacerse cargo del niño.
Es importante destacar que esto va a depender del país y de si el contrato se considera vinculante o no, aunque la decisión la tomará el juez en base al interés superior del menor.
Por todo esto, es importante considerar las posibles situaciones problemáticas y establecer en el contrato de subrogación qué se debe hacer en cada caso.
Un ejemplo que lo demuestra es el caso Buzzanca contra Buzzanca, en el que una niña nacida por gestación subrogada quedaba sin padres legales por la separación de estos durante la gestación.
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Me parece increíble que haya gente capaz de renunciar a un hijo después de todo lo que han tenido que pasar para conseguirlo por gestación subrogada. Con todos los tratamientos in vitro fallidos, la angustia, la desilusión y que al final sea otra mujer la que tenga que llevar el embarazo… No me entra en la cabeza.