Antes de empezar el tratamiento, la pareja y la gestante tienen que acudir al centro de fertilidad para establecer la justificación médica de la madre de intención y la situación psicológica de todos. Después de estos exámenes, se envía la petición previa al CNPMA, que consulta el parecer de la Orden de los Médicos antes de dar su consentimiento.
Tanto la pareja como la gestante tienen el apoyo de un equipo multidisciplinar de trabajadores sociales, psicólogos y juristas para asegurarse que la decisión se ha tomado con plena consciencia de sus riesgos y consecuencias. Sólo se procede a redactar el contrato después de esta etapa.
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