Tal y como hemos explicado a lo largo del artículo, existen varios estadios clave durante el crecimiento del embrión hasta su implantación. En primer lugar, inmediatamente tras la fecundación, nos encontramos con el cigoto (una única célula que resulta tras la unión de la dotación genética del óvulo con la del espermatozoide).
A continuación, el embrión se divide en 2 células, luego en 4, luego en 8... y así sucesivamente hasta que se forma la llamada mórula (día 4). Ésta es una agrupación de unas 32 células que empiezan a compactarse y, por ello, no apreciamos con claridad sus límites.
Este conglomerado de células se compactará completamente y dará lugar al blastocisto, en el que distinguimos tres partes claras: las células del trofoectodermo o trofoblasto, las células de la masa celular interna y el blastocele o cavidad central.