No hay una dieta específica que consiga curar la trombofilia. No obstante, algunos alimentos pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunitario y a mejorar la salud cardiovascular.
Por ejemplo, el limón es útil para eliminar toxinas, el aceite de oliva reduce el nivel del colesterol malo o LDL de la sangre, el aguacate tiene múltiples beneficios, el ajo tiene efectos anticoagulantes, la alcachofa ayuda a prevenir trombos y embolias, el apio es rico en antioxidantes y fitoelementos que regulan la tensión arterial, el zumo de arándanos mejora la circulación sanguínea, el vino tinto reduce la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco o una trombosis, la zanahoria previene los ataques cardíacos y equilibra los niveles de colesterol, etc.
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