No necesariamente. Las mujeres con VIH pueden ser madres gracias a la inseminación artificial y la fecundación in vitro, técnicas que evitan que la pareja masculina se contagie con el virus.
Para que el embarazo sea seguro y no se transmita el SIDA al bebé, es imprescindible que la carga viral sea nula o muy baja y que el número de linfocitos CD4 sea mayor de 300. Asimismo, deben administrarse medicamentos durante el embarazo, el control médico debe ser muy estricto y el parto no puede ser natural.
Aún con todas estas medidas, existe una pequeña probabilidad de transmisión. Para evitar todo riesgo la mujer puede recurrir a la gestación subrogada.
Para más información sobre el embarazo con VIH accede a este artículo especializado: El embarazo con VIH.