Desde la ley del 17 de mayo de 2013 sobre el matrimonio homosexual (loi sur le mariage pour tous), Francia se ha convertido en el noveno país europeo y el decimocuarto del mundo que autoriza el matrimonio entre miembros del mismo sexo. Esto significa que las parejas gays y lesbianas pueden ahora adoptar, puesto que la adopción está permitida para parejas casadas.
Así, si recurren a una gestante en el extranjero, el padre de intención que haya aportado sus espermatozoides será reconocido como el padre biológico y el otro iniciará un procedimiento de adopción del hijo de su pareja, siempre que estén casados. Así, las familias homoparentales masculinas son posibles en Francia si el proceso de gestación subrogada se lleva a cabo en el extranjero. Si se trata de un hombre soltero, será el padre biológico de una familia monoparental.
Para las lesbianas o las mujeres solteras, el proceso no ofrece ninguna garantía, porque no dan a luz: no pueden ser reconocidas en Francia como madres biológicas.