La doctrina principal del budismo es que cualquier forma de vida es sagrada. No obstante, al contrario que el cristianismo, el budismo no tiene una figura central o jerarquía, lo que hace que haya diferentes puntos de vista sobre prácticas relacionadas con la reproducción humana, entre las que encontramos la gestación subrogada.
En cualquier caso, la mayoría de budistas se muestran poco favorables a la maternidad subrogada. Aunque gestar para una familia puede parecer un acto de compasión, la realidad, desde el punto de vista del budismo, es que la mujer queda en posición de servidumbre, puesto que su cuerpo se convierte en una mera "herramienta" para ser usada por otros.
Ahora bien: la ley varía en los distintos países que profesan la religión budista. Por ejemplo, en Japón, es una técnica prohibida, mientras que en la India, la gestación subrogada comercial está permitida, aunque solo para residentes. Y algo similar sucede en Tailandia.