En la semana 33 o 34 se hacen los últimos análisis de sangre para medir los niveles de hemoglobina, glóbulos rojos y hierro. Se comprueban los niveles de coagulación de la sangre y se repiten los test de hepatitis B y C, toxoplasmosis, VIH y enfermedades de transmisión sexual.
El cultivo vaginal entre las semanas 35 y 38 del embarazo permite detectar la bacteria Streptococcus agalactiae (estreptococo). Si da positivo, la gestante recibe antibióticos.
Al acercarse la fecha del nacimiento, se realizan monitorizaciones fetales de manera periódica para registrar los latidos cardíacos del bebé y detectar las contracciones de la gestante.
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Andrea Rodrigo
Licenciada en Biotecnología por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) con Máster Universitario en Biotecnología de la Reproducción Humana Asistida, impartido por la Universidad de Valencia en colaboración con el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). Postgrado de Experto en Genética Médica.