Malformaciones del útero: ¿afectan al embarazo?, ¿existe tratamiento?

Por Equipo de Babygest
Actualizado el 18/08/2020

La forma del útero tiene una influencia directa sobre el embarazo, ya que es en este órgano donde se produce el crecimiento embrio-fetal. Las malformaciones uterinas son producto de una alteración del desarrollo normal del útero y pueden dar lugar a fallos de implantación y abortos recurrentes. Por tanto, se trata de una de las indicaciones por las que algunas mujeres tienen que recurrir a la gestación subrogada, vulgarmente conocida como vientre de alquiler.

Entre las malformaciones uterinas más frecuentes se encuentran: el útero bicorne, el útero didelfo y el útero septado. Frecuentemente, estas alteraciones uterinas aparecen desde el nacimiento, es decir, suelen ser congénitas. Sin embargo, en ocasiones, la afección puede derivar de una patología previa.

A continuación tienes un índice con los 7 puntos que vamos a tratar en este artículo.

Anomalías uterinas congénitas

El útero es el órgano muscular esencial para que una mujer pueda llevar a término un embarazo. Su formación se origina a partir de unas estructuras del embrión denominadas conductos de Müller.

Durante la embriogénesis o desarrollo embrionario, los conductos de Müller en el sexo femenino evolucionan y forman el útero, las trompas de Falopio, el cérvix y parte de la vagina. Sin embargo, los conductos de Müller en el varón dan lugar al apéndice testicular y al utrículo prostático, desapareciendo posteriormente.

La diferenciación del aparato reproductor femenino sucede en tres pasos:

  1. Formación de los conductos müllerianos que tiene lugar a las 8 semanas del desarrollo embrionario.
  2. Fusión de estos conductos a las 10 semanas.
  3. Reabsorción o desaparición del tabique que los separaba en el momento del nacimiento.

Si ocurre algún error durante el desarrollo embrionario, pueden aparecer las malformaciones uterinas congénitas. Como resultado del desarrollo anormal de los conductos de Müller, el útero adquiere una forma anómala.

Causas, síntomas y consecuencias

Las alteraciones durante la diferenciación mülleriana pueden tener una causa genética o deberse a factores ambientales prenatales, como, por ejemplo:

  • Exposición embrionaria a la radiación.
  • Infección intrauterina durante la gestación.
  • Tóxicos con efecto teratogénico (como el dietilestilbestrol, DES)

Estas malformaciones uterinas están presentes alrededor de un 5,5% de la población general femenina. Si se analiza únicamente a las mujeres que se someten a tratamientos de reproducción asistida, el porcentaje de malformaciones uterinas en esta población aumenta hasta un 8%. En el caso de incluir solamente pacientes con aborto de repetición e infertilidad diagnosticada, la proporción se incrementa hasta el 24,5% de las mujeres estudiadas.

Por tanto, se observa a partir de estos resultados que una malformación uterina puede dificultar llevar a término el embarazo, ya que es una causa importante de aborto de repetición. Su impacto en la fertilidad dependerá del tipo de malformación uterina del que se trate y de la gravedad de ésta.

La reproducción asistida, como cualquier tratamiento médico, requiere que confíes en la profesionalidad de los médicos y la clínica que elijas, ya que, evidentemente, no todos son iguales.

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Muchas mujeres no presentan ningún síntoma y no es hasta que se realizan una ecografía ginecológica rutinaria o que buscan el embarazo cuando son diagnosticadas de alguna malformación uterina. Los síntomas también varían en función del tipo de anomalía del que se trate y la severidad de ésta.

Clasificación de las malformaciones uterinas

Las formas uterinas que pueden surgir por una alteración en el desarrollo embrionario de los conductos müllerianos son muy diversas. A continuación, se detallan las malformaciones uterinas más comunes.

Síndrome de agenesia o hipoplasia mülleriana

Esta malformación uterina hace referencia a la ausencia de útero por no formarse los conductos de Müller. Esta condición da lugar al llamado síndrome de Mayer-Rokitansky-Kuster-Hauser. Además de la falta de útero, también es característica de estas pacientes la ausencia de las trompas de Falopio, el cérvix y parte de la vagina.

Las mujeres con esta malformación uterina presentan amenorrea (ausencia de menstruación) debido a la ausencia de las estructuras comentadas. Su diagnóstico suele realizarse antes de los 20 años de edad, principalmente a raíz de la amenorrea y las relaciones sexuales dolorosas o la imposibilidad de penetración por la ausencia parcial de la vagina.

Hoy en día, las causas exactas de la agenesia son desconocidas, pero algunas hipótesis apuntan a que puede haber varios genes implicados y diversos factores involucrados, como la ausencia de ciertos receptores de las hormonas sexuales en los conductos de Müller.

Las mujeres que tienen esta anomalía únicamente pueden recurrir a la gestación subrogada o al trasplante de útero para tener un hijo biológico. Es importante recordar que la ausencia de útero no implica necesariamente la ausencia de óvulos, por lo que podrían utilizar sus propios ovocitos sin necesidad de recurrir a la ovodonación.

Útero unicorne

En este caso, solo se produce el desarrollo de uno de los conductos müllerianos. El resultado es un útero de menor tamaño, con una forma curva y elongada y una sola trompa de Falopio. Esto hace que tenga una forma similar a la de un plátano. EL útero unicorne representa el 20% de las malformaciones uterinas congénitas en las mujeres.

Se distinguen cuatro subtipos o variantes de útero unicorne:

  • Sin cuerno rudimentario (35% de los casos).
  • Con cuerno rudimentario en el que hay una cavidad comunicante hacia el lado desarrollado (10%).
  • Con cuerno rudimentario que presenta una cavidad no comunicante hacia el lado desarrollado (22%): puede causar endometriosis y adenomiosis.
  • Con cuerno rudimentario sin cavidad (33%).

Es cierto que las mujeres con útero unicorne pueden llevar a término una gestación, aunque es posible que el crecimiento fetal sea complicado. Por ello, el útero unicorne se relaciona con mayores tasas de cesárea, parto prematuro y embarazo ectópico (extrauterino). Por tanto, estas mujeres pueden ver comprometida su fertilidad, aunque no causa infertilidad total.

Útero didelfo

El útero didelfo también se conoce como útero doble y representan el 5% de los casos de malformaciones uterinas. Este tipo de útero aparece cuando ambos conductos müllerianos se desarrollan, pero no llegan a fusionarse. Por tanto, es posible presenciar dos pequeñas cavidades uterinas independientes.

En este caso, también se distinguen dos subtipos:

  • Útero didelfo bicollis: cada cavidad presentará su propio canal cervical y su propia vagina. El útero didelfo bicollis aparece en dos tercios de los casos.
  • Útero didelfo unicollis: hay dos cavidades uterinas, pero se comunican entre sí en el cuello uterino y únicamente hay una vagina.

Generalmente, si no hay obstrucción vaginal, esta malformación es asintomática. No obstante, el aborto recurrente y el parto prematuro son comunes en mujeres con este tipo de anomalía.

La cirugía para tratar esta malformación no siempre reporta buenos resultados. Los estudios al respecto son contradictorios. En cualquier caso, el éxito del embarazo dependerá del tamaño y la capacidad reproductiva de las dos cavidades.

Útero bicorne

Esta anomalía se produce por una fusión incompleta de los conductos müllerianos. El útero bicorne ocurre en el 10% de las pacientes con malformaciones uterinas. Sus características es que presenta dos cavidades uterinas simétricas, pero los cuernos no están completamente desarrollados y son más pequeños que en el útero didelfo.

En este caso, el útero no tiene la forma habitual de pera invertida, sino más bien de corazón. Aparece una hendidura en la parte de arriba, reduciendo el espacio uterino donde se desarrolla el feto.

En función de la extensión de la hendidura, distinguimos dos tipos de útero bicorne:

  • Útero bicorne completo: la hendidura llega hasta el orificio cervical interno (útero bicorne con un cérvix simple, bicorne unicollis) o externo (útero bicorne con duplicación del cérvix, bicorne bicollis).
  • Útero bicorne parcial: la hendidura se extiende únicamente en el útero.

Útero septado

Esta malformación uterina ocurre en el 55% de las pacientes y se caracteriza porque el septo que separaba los conductos de Müller no desaparece. Por esta razón, la mujer presentará una cavidad uterina separada por un tabique. En función de hasta donde llegue el septo, el útero septado se clasifica en:

Útero septado parcial
hasta la mitad del espacio uterino.
Útero septado completo
la pared se prolonga hasta el cuello cervical.

El útero septado se diferencia del anterior (útero bicorne) porque la forma del útero no se ve distorsionada, es decir, sigue teniendo forma de pera invertida.

Es la malformación uterina más frecuente y una de las que ocasiona más problemas para concebir. En los casos más graves que no son operados, el embarazo es realmente complicado debido a que presentan una alta tasa de abortos recurrentes. Por todo ello, el útero septado es una causa importante de infertilidad femenina.

Útero arcuato

Algunos lo consideran el útero arcuato una variante del útero septado; mientras que otros piensan que es una variante del útero normal. El tabique en el útero arcuato es mucho menos acentuado, pero más ancho. Por esta razón, en los casos menos pronunciados, la morfología del útero arcuato es similar a la del útero normal.

Cuando una mujer presenta útero arcuato no suele ser motivo de infertilidad, aunque puede derivar en mayores complicaciones para lograr el embarazo. En los casos de abortos de repetición, sí que puede considerarse la cirugía.

Tratamientos para lograr el embarazo

Algunas anomalías uterinas de las comentadas anteriormente pueden alterar el transporte de los gametos (óvulos y espermatozoides), pero no necesariamente la implantación y desarrollo embrionario. En este caso, la fecundación in vitro (FIV) permitiría el embarazo de la mujer.

Si se recurre a la FIV, es habitual que el especialista realice una prueba en la que simula la transferencia de los embriones. Esto permite comprobar si existe alguna obstrucción en el útero que requiera intervención. Asimismo, con esta prueba, se puede estudiar si la cavidad uterina tiene suficiente espacio para el desarrollo del embrión.

Por otro lado, hay malformaciones uterinas que requieren intervención quirúrgica. Un ejemplo de ello sería el útero septado, que se opera para eliminar el septo. Hay que evaluar la extensión de las malformaciones uterinas para valorar su impacto en la fertilidad y el desarrollo correcto de la gestación. Para ello, se utilizan técnicas como la resonancia magnética (RM), que permiten caracterizar y clasificar las anomalías uterinas.

También es importante estudiar la relación riesgo-beneficio de la cirugía, ya que, dependiendo de la gravedad del problema, se recomendará intervenir o no. Por ejemplo, puede ocurrir que, durante la cirugía, el tejido que recubre las paredes uterinas quede dañado y, por tanto, favorezcamos los problemas de fertilidad por fallos de implantación. No obstante, las nuevas técnicas quirúrgicas como la histeroscopia o la laparoscopia evitan abrir el abdomen para solucionar la malformación uterina, lo cual reduce significativamente los riesgos.

Por último, cuando ni la FIV ni la intervención quirúrgica permiten a la mujer solucionar su problema uterino, existe la opción de recurrir a la gestación subrogada. En este caso, será una mujer, conocida como gestante, la que llevará a término el embarazo del hijo o los hijos de la mujer que tiene la malformación uterina.

La gestación subrogada es el tratamiento de reproducción asistida que más engaños y dudas genera. Por ello, es fundamental escoger una clínica y una agencia que te transmita transparencia y evitar engaños.

Preguntas de los usuarios

¿A la madre de alquiler se le hacen pruebas para comprobar que su útero no tiene problemas de este tipo?

Por Rebeca Reus (embrióloga).

Sí, la gestante es sometida a una serie de pruebas médicas y ginecológicas para comprobar que está físicamente capacitada para llevar a término la gestación. Además, también se analiza su capacidad emocional para actuar como gestante, es decir, para gestar al bebé de otra mujer o pareja.

¿Cómo se diagnostica una malformación uterina?

Por Marta Barranquero Gómez (embrióloga).

Las malformaciones en el útero pueden tardar en diagnosticarse, ya que la mujer no presenta síntomas normalmente. Por tanto, la única forma de diagnosticar una anomalía uterina es realizando diversas pruebas médicas. A continuación, se detallan los estudios más comunes:

Ecografía vaginal
es la prueba médica más sencilla y se suele hacer de rutina en las consultas.
Histerosalpingografía
permite evaluar la cavidad uterina y la permeabilidad de las trompas de Falopio.
Histeroscopia
es un tipo de cirugía ginecológica que permite visualizar la cavidad uterina mediante la inserción de un endoscopio por la vagina.

¿Cuál es la malformación uterina con peor pronóstico reproductivo?

Por Rebeca Reus (embrióloga).

El útero septado es quizá la malformación con consecuencias más graves en relación a la fertilidad. No obstante, en muchos casos, la intervención quirúrgica puede ser de gran ayuda.

¿Puedo quedar embarazada con el útero bicorne?

Por Marta Barranquero Gómez (embrióloga).

Sí, el embarazo es posible con el útero bicorne. Sin embargo, cabe destacar que en la mayoría de ocasiones ocurre un parto pretérmino, es decir, antes de la semana 37 de gestación. Además, el riesgo de aborto espontáneo es mayor en estas mujeres diagnosticadas de una malformación uterina que en las mujeres con útero normal.

¿Cuál es la malformación uterina más frecuente?

Por Rebeca Reus (embrióloga).

El útero septado es la malformación uterina que se encuentra con más frecuencia.

¿Qué relación existe entre el dietilestilbestrol (DES) y las malformaciones uterinas?

Por Rebeca Reus (embrióloga).

Existen una serie de anomalías uterinas asociadas al dietilestilbestrol (DES), un estrógeno sintético que se utilizó hasta los años 70 para disminuir el riesgo de aborto. Aproximadamente el 25% de las mujeres expuestas a este fármaco durante su etapa fetal presentan alteraciones en las trompas, el útero, el cuello uterino o la vagina. La malformación más común en estas mujeres es el útero en forma de T.

Lectura recomendada

Una de las primeras opciones de tratamiento de las malformaciones uterinas es la técnica de FIV. En este enlace te contamos los pasos de este proceso de reproducción asistida: La fecundación in vitro.

Cuando alguna de estas anomalías impide la gestación o causa abortos en repetidas ocasiones, la gestación subrogada puede ser el camino reproductivo hacia la maternidad. ¿Sabes en qué consiste este tratamiento de reproducción asistida? Te lo contamos aquí: ¿Qué es la gestación subrogada?

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