La gestación subrogada, a menudo conocida como vientre de alquiler, maternidad subrogada o gestación por sustitución, es un procedimiento reproductivo complicado en el que se entremezclan los intereses, derechos y obligaciones de distintas partes: la gestante, los padres de intención, el futuro recién nacido y los profesionales del sector.
Son varios los problemas o conflictos que pueden surgir porque los intereses y las responsabilidades de todos no siempre coinciden. Además, las circunstancias de la vida pueden acarrear complicaciones e imprevistos que pueden hacer peligrar el tratamiento.
A continuación tienes un índice con los 9 puntos que vamos a tratar en este artículo.
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Falta de profesionalidad de las empresas
El éxito de un tratamiento de gestación subrogada depende de los numerosos actores que participan. En efecto, se trata de un procedimiento complejo en el cual intervienen competencias médicas, legales y que requiere una experiencia de la que suelen carecer los padres de intención.
Entre los profesionales más conocidos figuran:
- La agencia de gestación subrogada, encargada de coordinar el proceso y de seleccionar a la gestante.
- La clínica de fertilidad, que se encarga del tratamiento de reproducción asistida para conseguir el embrión y el embarazo.
Pero también participan profesionales en los cuales los padres de intención no piensan necesariamente, por ejemplo los abogados en el país de destino y de origen, el gestor de la cuenta, etc.
Puedes descubrir el papel de cada profesional implicado en el tratamiento de gestación subrogada haciendo clic en el siguiente artículo: Profesionales en gestación subrogada.
El éxito del tratamiento de gestación subrogada depende de la seriedad y de la profesionalidad de las empresas, que deben proponer a cada paciente un servicio adaptado a su situación particular.
Mala praxis y gestación subrogada
Con el auge del mercado de la gestación subrogada, se han creado en los últimos años empresas que carecen de escrúpulos o de competencia. Algunas proponen servicios poco seguros para sus clientes o hacen peligrar los derechos de las gestantes, de los padres o del futuro niño.
Entre los casos de mala praxis, se puede citar:
- Presupuestos poco claros e incompletos
- puede que se facturen servicios no previstos en el presupuesto inicial una vez que se ha iniciado el tratamiento, cuando ya es difícil abandonar.
- Prácticas ilegales
- esto ocurre cuando, por ejemplo, una agencia propone un destino inadecuado (por ejemplo, propone México, Kenia, Rusia o Ucrania como destino posible para parejas gays) o aconseja inscribir al bebé como hijo de los padres de intención al margen del procedimiento legal previsto en casos de gestación subrogada.
- Testimonio de falsos padres de intención
- para promover una imagen ideal de la empresa o al contrario difamar a otras empresas, algunas empresas crean perfiles falsos en los foros de Internet.
Por suerte, estas situaciones siguen siendo excepcionales, pero recomendamos a los futuros padres que sean prudentes y que se informen bien antes de firmar.
La gestación subrogada es el tratamiento de reproducción asistida más complejo. Por ello, es importante que te pongas en manos de buenos profesionales. Por ello, te recomendamos visitar el este artículo para leer algunos consejos antes de adentrarte en este proceso.
Contrato de subrogación incompleto
Aunque tanto los implicados directamente como los profesionales que participan en un proceso de gestación subrogada se esfuerzan por conseguir el mejor resultado con el menor riesgo, la técnica puede verse truncada por diferentes factores o situaciones excepcionales.
Para evitar posibles problemas o atenuar sus consecuencias negativas, es imprescindible que se detalle en el contrato de subrogación el modo de actuar en caso de que se presente alguna de las situaciones siguientes:
- Arrepentimiento por parte de la gestante o de los futuros padres
- Enfermedad o malformación grave en el feto
- Divorcio o separación de los padres de intención durante el embarazo de la gestante
- Fallecimiento de la gestante o de los futuros padres (uno de ellos o ambos)
- Negativa de la gestante a separarse del bebé
- Ausencia de los padres de intención en el momento del parto
- Dificultades administrativas para salir del país de destino y volver a casa con el bebé
En este sentido se aplica el refrán "más vale prevenir que curar". Estos casos son poco frecuentes, pero hay que ser consciente de que son posibles para redactar un contrato completo que fije por escrito la resolución de complicaciones e imprevistos.
Los abogados de ambas partes deben elaborar el contrato más completo posible para evitar que se produzcan lagunas.
También será el momento de comprobar, antes de firmar, que los padres y la gestante están de acuerdo en todos los aspectos del tratamiento: médicos, legales, éticos, prácticos...
La elección del país es esencial para la seguridad de todo el procedimiento. Habrá que elegir un destino que dé cobertura si ocurre alguna complicación de las mencionadas anteriormente y que reconozca el acuerdo de gestación subrogada como legal y vinculante. Así, se crean las condiciones para disfrutar de garantías y de tranquilidad.
Para saber más acerca del contrato de gestación subrogada, puedes hacer clic en el enlace siguiente: ¿Para qué sirve el contrato de gestación subrogada?
Cancelación de un embarazo subrogado
Las pruebas psicológicas que se hacen, tanto a la gestante como a los futuros padres, son de vital importancia a la hora de intuir un posible arrepentimiento durante el embarazo.
Este tipo de evaluaciones están enfocadas a determinar si la gestante está emocionalmente preparada para gestar al bebé de otra persona y si los futuros padres asumen el tratamiento y confían en la mujer que va a gestar a su bebé.
El vínculo que puede crearse entre la gestante y el feto durante el embarazo puede ser más fuerte de lo habitual y ello conllevar un trauma psicológico en la gestante en el momento de entregar al bebé. Para evitar esta situación, es fundamental que la gestante conozca desde un principio en qué consiste el embarazo subrogado y cuál es su papel en el proceso.
Sobre este tema, puedes consultar el artículo siguiente: Importancia del test psicológico a la gestante.
Aunque no es algo habitual, tanto gestante como futuros padres pueden arrepentirse.
El daño sería menor si el arrepentimiento se produjese antes de la creación y/o transferencia de los embriones al útero de la gestante subrogada. Si alguna de las dos partes implicadas decide cancelar el proceso durante la consecución del embarazo, podría producirse una situación de desacuerdo y perjuicio para la otra parte implicada.
Otra situación que puede ocurrir es que los futuros padres quieran terminar con la gestación por haberse detectado alguna malformación, retraso o enfermedad que afecte al desarrollo normal del feto. Los contratos de gestación subrogada deben incluir el modo de actuación en caso de descubrir una malformación o retraso tanto durante el embarazo como tras el nacimiento.
Cambios e imprevistos durante el embarazo
El embarazo es un proceso largo y tenemos que tener en cuenta que hay situaciones que pueden cambiar durante los 9 meses de gestación. Muchas veces, no son consideradas ni por los futuros padres ni por la gestante por creerlas imposibles. Sin embargo, es fundamental incluirlas en el contrato de gestación subrogada para saber cómo hacerles frente en caso de que ocurran.
La separación de los futuros padres se puede producir durante el embarazo. ¿Quién debe quedarse con el bebé? Esto debería estar detallado en el contrato. Sin embargo, suele ser un juez el que acabe determinando quién debe hacerse cargo del bebé, al igual que en casos de separación y custodia de hijos ya nacidos.
La muerte de alguno de los padres de intención o de ambos, por ejemplo por accidente, supone también una situación problemática. Generalmente, en gestación subrogada, los futuros papás redactan un testamento en el que dejan constancia de quién debe hacerse cargo del recién nacido en caso de muerte de ambos.
Cuando es la gestante la que sufre un accidente, desgraciadamente no hay mucho que hacer. Si la gestante fallece durante el embarazo y, por ello, también lo hace el bebé, los futuros padres deben asumirlo de la mejor manera. Es algo que puede pasar y de lo que nadie es responsable.
En situaciones así, queda demostrada la necesidad e importancia de contar con un adecuado seguro de vida, que aunque no soluciona el problema, es de gran ayuda para no empeorarlo. De este modo, la familia de la gestante no tendrá problemas económicos derivados de la pérdida de su madre.
Primeros momentos después del parto
Como ya hemos indicado, la gestante se somete a numerosas pruebas para determinar que tiene claro que el bebé no es suyo y que está preparada para entregarlo en el momento de su nacimiento. No obstante, puede que se establezca un vínculo más fuerte de lo esperado y que, al verlo nacer, sienta la necesidad de quedarse con él.
Según la legislación del país elegido, puede tener derecho a ello o no. Sin embargo, hay países como Reino Unido que ofrecen un tiempo de reflexión para que la gestante confirme su decisión. Si se realiza la gestación subrogada en países que permiten esto, los futuros padres deben ser conscientes de ello. Legalmente la gestante estaría protegida y poco podrían hacer los padres para impedir que se quedara con el bebé.
Gracias a la preparación psicológica de los participantes, no suelen cambiar su decisión inicial. Algo que es más habitual es que el parto se adelante a la fecha programada y el nacimiento tenga lugar antes de la llegada de los futuros padres.
Por eso, se debe establecer inicialmente quién se haría cargo del recién nacido hasta la llegada de los padres. Normalmente es la agencia de gestación subrogada la que lleva el proceso. Sin embargo, hay casos en que la gestante ha sido la mujer encargada de cuidar al bebé durante la ausencia de sus papás.
Volver a casa con el bebé
Aunque creamos que el nacimiento es el final del proceso, muchas veces pueden aparecer problemas posteriores, especialmente a la hora de volver a casa.
Para salir del país donde se ha llevado a cabo la gestación subrogada, el bebé debe tener la documentación requerida para pasar la frontera. Es otra razón de peso para elegir un destino donde la técnica sea legal. De este modo, será más fácil obtener los certificados que acreditan que los futuros padres son efectivamente los padres legales del bebé.
Son muchas las parejas que han tenido problemas legales que les han impedido culminar el proceso felizmente. Algunos se han visto en la obligación de tener que permanecer en el país sin poder regresar a casa con el recién nacido.
Desde Babygest, siempre recomendamos dedicar tiempo a la elección del destino e informarse bien de las condiciones legales de cada uno.
La ausencia de ley explícita sobre gestación subrogada no indica que la técnica esté permitida. La ausencia de prohibición no es sinónimo de permisión.
Por último, pueden surgir problemas también a la hora de inscribir al bebé en el Registro Civil del país originario de los padres de intención. Es fundamental conocer la legislación relativa a este aspecto en el país de origen.
Preguntas de los usuarios
¿Es común que surjan problemas en el vientre de alquiler?
Las complicaciones no son frecuentes, pero la gestación subrogada es un proceso complejo que genera potencialmente muchas dificultades, en particular en los planos legales y emocionales. Rodearse bien (profesionales competentes, apoyo familiar...) es decisivo. El contrato deberá ser lo más exhaustivo posible.
Lo verdaderamente peligroso, por las consecuencias que pueden derivarse, es hacer el proceso sin cumplir las condiciones establecidas por ley o actuando en contra de ésta.
¿Cómo hacer una maternidad subrogada 100% segura?
Al igual que para cualquier embarazo o cualquier tratamiento de fertilidad, no se puede garantizar al 100% que un tratamiento de gestación subrogada sea un éxito. Los padres de intención tienen que ser conscientes de los riegos y estar suficientemente preparados para las peculiaridades del proceso antes de empezar el tratamiento. Durante la fase de preparación, la información y el diálogo son esenciales.
¿Cómo debe ser un contrato de renta de útero?
No hay una forma determinada de contrato de subrogación gestacional, sino que éste puede variar entre unos casos y otros. Lo importante es que, independientemente del formato, el acuerdo sea lo más detallado posible y se incluyan los derechos y obligaciones de cada una de las partes, así como la forma de actuar ante casos problemáticos.
En estos enlaces puedes ver un par de ejemplos de este tipo de contratos:
¿Qué problemas puede tener una madre de alquiler en España?
La gestación subrogada no está permitida en España, pues la Ley 14/2006 sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida indica, en su artículo 10, que el contrato de subrogación es nulo de pleno derecho y que la gestante es la madre legal del nacido.
Por tanto, uno de los principales problemas de la gestante es que tendría que quedarse con el bebé. En caso de entregarlo a cambio de dinero, al ser considerada la madre legal del mismo, estaría cometiendo un fraude.
Lectura recomendada
Para no vivir complicaciones y situaciones evitables, te recomendamos consultar nuestra guía de la gestación subrogada haciendo clic en el siguiente enlace: ¿Cómo funciona la gestación subrogada? - Consejos y etapas a seguir.
El contrato de gestación subrogada va a ser un elemento clave para ofrecer garantías en caso de problemas o complicaciones. Para más información, haz clic aquí: El contrato de gestación subrogada.
Para evitar conflictos y cambios de parecer una vez que la transferencia embrionaria ha tenido lugar, es preferible empezar el tratamiento junto a una gestante que comparta la filosofía y los valores de los padres de intención. Te explicamos cómo encontrar y elegir a una gestante en el artículo siguiente: Consejos para elegir a la gestante subrogada.
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A mí me parece que si el embrión ya existe, se debería obligar a los padres a seguir adelante. No se puede jugar así con la vida.
Buenas tardes Rosario,
Efectivamente, si los padres de intención han llegado tan lejos como para autorizar la transferencia embrionaria, lo normal es que deseen seguir adelante con el proceso.
Sin embargo, no hay que obviar que el caso se pueda producir. Eso sería ignorar el problema.
Las entrevistas con los psicólogos tienen como objetivo descartar a padres de intención poco decididos. Pero puede ocurrir que los padres se quieran separar de repente y que ya no quieran a este hijo juntos. El contrato tiene que especificar qué se debe hacer en esta situación: abortar, establecer la filiación con sólo uno de los padres… Si el desacuerdo persiste, el caso acabará en los tribunales, siempre velando por el bienestar del menor (si éste llega a nacer).
Por supuesto, se trata de una situación lamentable y entiendo tu punto de vista, pero también hay que valorar si se puede razonablemente obligar a los padres a seguir adelante.
Es una de las cuestiones éticas planteadas por la gestación subrogada que merecería debate.